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martes, 2 de septiembre de 2008

¿Y tú qué eres, amor?


Cuando se le pregunta a las personas por el significado del amor quedan enmudecidas. Pasados los minutos, se detecta su duda e inseguridad con el interrogante planteado y un oculto deseo de hallar la respuesta en algún buscador de Internet, pues, sus argumentos al respecto no son convincentes. Es así, como nace mi anhelo de indagar y hacer valer el amor como una necesidad que se aprende y se vive a plenitud una vez sepamos quiénes somos frente a este parámetro fundamental en nuestra existencia.
El amor ha tenido diferentes connotaciones en su historia; en la antigüedad representaba el principio del cosmos, como en Hesíodo, Empedocles o en los Veda. El amor a sí mismo es, según Aristóteles, “requisito indispensable para poder amar a otra persona”. En el cristianismo, Dios ama a los hombres compadeciéndose de ellos; sin embargo, el amor de los cristianos hacia Dios está caracterizado por el respeto y la adoración. La disposición de ayudar a los demás se denomina amor al prójimo.
En psicología, el estudio se centra en el amor sexual y en el impulso sexual subyacente. Y así, diversidad de significados se podrán inferir según lo que pretendamos plantear, por tanto, se deduce que cada persona aprende a amar como una más de sus habilidades para aprender cosas en general y su concepto del tema depende exclusivamente de sus vivencias al amar.
Existen personas que ven el amor como la fusión de dos almas, como ese camino hacia el mismo destino con la alegría de sentirse acompañado por el recuerdo de alguien especial que ha entrado en el corazón sin pedir permiso, sin permitir que nadie más entre; estas personas son seres que han sabido amar, que han guiado sus sentimientos hacia la felicidad forjando una personalidad fuerte y madura que les ha permitido manejar sus relaciones de una forma precisa y confortable, adquiriendo experiencia y gratificación; por el contrario, hay personas que han sufrido fuertes penas de amor, situación que conlleva a generar desconfianza en este sentimiento tan variable y necesario; estas personas establecen en su corazón resentimiento, odios y discordias que han dejado sus relaciones pasadas afectando y causando estragos en las oportunidades que les proporciona el destino para volver a amar y ser amado; para estas personas el amor verdadero ya no existe en sus vidas y aunque lo requieren, buscan vengar su dolor en otros seres ajenos al causal del daño; a su vez, el concepto de amor para estos seres humanos se nubla convirtiéndolo en un túnel del cual no se aspira salir; para ellos, el amor es un veneno que contaminó sus sentidos y que, aunque no mata, deja huellas imborrables.
Finalmente, para los que quieren encontrarle un sentido al amor, se concluye que este en sí es un deseo, no un significado. El deseo es el tema de todo querer, es lo que hace que una rosa quiera ser una rosa y quiera crecer así, y que una roca quiera encerrarse y quedarse así.

1 comentario:

Anónimo dijo...

huy re profundo, este texto es muy valiaso porque es la verdad, me encanto y me dejo un gran mensaje gracias....

y como dicen las textos son la imagen del autor y en este caso el texto es hermoso.

se me olvidaba. gracias por el comentario...