EN LA LUCHA COMPAÑEROS!

viernes, 3 de octubre de 2008

Lo que se llevo el mar


Era la niña más hermosa del mundo, la chica de las trenzas, la princesa de los mares y diosa de la muralla.

Canela era su nombre, siempre fue feliz, dulce como la caña y tierna como la inocencia, pero un día todo cambio, salio de su casa corriendo más ligero que el viento, el mar borraba las huellas que dejaba sobre la arena, sus ojos eran como ríos después de la lluvia y en su carita ya no estaba la sonrisa de sol resplandeciendo; llego hasta el muelle y allí estaba su amado Erick él, tan aturdido de ver a su muñeca de cristal en ese estado suplicó, rogó a los cielos, a los santos y a los Ángeles el perdón que no merecía; para esta pareja la noche era de tinieblas, los rayos ya anunciaban la sentencia de un amor sin cadenas.

Erick limpiaba las lagrimas de canela con amor, pero ella, con el alma en las manos y el corazón en el suelo le decía sollozando que la dejara, solo quería llorar hasta formar un tsunami con su llanto, que el la había traicionado cuando en la inmensidad solo había lugar para los dos, ella estaba herida, destrozada, pero lo adoraba hasta el infinito y aún más, esa chica que le daba alegría a la playa, esa noche solo gritaba que quería entregarle la vida entera, porque perdonarlo no podía, exclamaba que solo el cielo podría albergar un amor tan grande como el que tenia, como ese amor que quiso encontrar bajo las faldas de las muchachas del pueblo ignorando que solo ella podría abrirle las puertas del corazón para que lo hallara.

Él, dolido por las palabras de su reina, solo trataba de convencerla de vivir a su lado y rompió en llanto como un vaso al tocar el suelo y diciendo que también tenia todas las lagrimas del océano para llorarle toda la eternidad la abrazó y fundiéndose en un beso se lanzaron al agua dejándose llevar y así ahogar sus vidas y su amor por culpa de la traición